(18/04/2022)
SAN CRISTÓBAL, 18 abr (Reuters) – Los cortes de luz en el estado Táchira, al oeste de Venezuela y cerca de la frontera con Colombia, han aumentado en frecuencia y duración, afectando la rutina de sus habitantes y obstaculizando los intentos de recuperar la economía con una flexibilización de los controles cambiarios.
En noviembre y diciembre no hubo cortes de suministro eléctrico en la zona, a inicios de año fueron cortos pero frecuentes, sin embargo, desde fines de marzo y comienzos de abril son diarios y por largas horas, según residentes.
“Si acaso tenemos una hora de luz en la noche, y una hora en el día”, dijo Claudia Galeano, una artesana de 47 años a quien se le dañó la nevera por los constantes apagones. No tiene dinero para repararla y ahora debe comprar diariamente la carne o el pollo que consumirá su familia.
Corpoelec, la empresa estatal eléctrica, no respondió de inmediato a una petición de comentarios.
La infraestructura de servicios básicos como la electricidad se ha estado deteriorando desde hace más de una década por desinversión y mala gestión, según críticos y analistas, una crisis que se ha agudizado desde 2019, cuando hubo tres apagones masivos que afectaron a todo el país.
Los estados fronterizos, que se encuentran al final de las líneas de transmisión, son los más impactados por las fallas eléctricas, que también inciden en el suministro de agua y en las comunicaciones.
Varios municipios de Táchira están hasta 16 horas sin luz cada día, dijeron residentes y comerciantes.
Las interrupciones del servicio eléctrico impactan en la producción de fábricas de textil y calzado, que han intentado levantarse en medio de la relajación de los controles autorizada por el gobierno del presidente Nicolás Maduro en 2019.