(01/03/2019)
Los viajeros continúan “atrapados” en los pasos fronterizos en Colombia sin poder regresar a Venezuela, tras el cierre ordenado por ambos gobiernos después del 23 de febrero. Tras la reapertura ordenada en Brasil, el comercio local intenta levantarse, así como el ánimo de una población severamente afectada
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No sólo los muertos, los heridos y la quema de vehículos con cargamentos de medicinas y alimentos enviados por Estados Unidos para Venezuela. También un colapso más agudo del comercio se evidencia en las regiones fronterizas de Pacaraima y Táchira tras el fallido intento de ingresar los camiones a tierras venezolanas el 23 de febrero.
El cierre de la frontera por orden de Nicolás Maduro mantuvo a Pacaraima (Brasil), la ciudad limítrofe en el estado de Roraima, sin ninguna actividad comercial tras seis días de cierre y con total escasez de gasolina, algo que se repite en el alguna vez pujante estado Táchira (Venezuela), donde antes del Socialismo del Siglo XXI operaba la más dinámica frontera terrestre de toda Latinoamérica.
Y es que ya en la víspera de la fecha anunciada para la entrega, el sábado 23 de febrero, las autoridades nacionales habían suspendido el surtido habitual de combustible, por el que los venezolanos deben hacer colas de hasta 48 y 72 horas en sus vehículos, según el mismo obispo local, Mario Moronta, había denunciado este mismo mes.
Táchira y Pacaraima sin gasolina
Con el argumento de impedir una intervención extranjera, se han tomado medidas que impiden por completo el libre tránsito en una región que desde hace meses no cuenta con transporte público y que sufre costos exagerados para transportarse, donde vivir cerca del sitio de trabajo en los pocos comercios que sobreviven parece la única opción.
Locales cerrados en horario comercial es normal en Táchira, el epicentro de la prensa internacional por su cercanía con Cúcuta, con la que se mantienen cerrados los cuatro puntos de conexión por orden del presidente de Colombia, Iván Duque, tras el fallido intento de paso de ayuda humanitaria, que se saldó con un número impreciso de muertos y casi 400 heridos, muchos de ellos por balas.
El caso de Roraima no es distinto. Mientras Táchira se detiene por la huida en masa de su población joven, que deja un vacío casi irremplazable de puestos de trabajo, en Brasil el exceso de venezolanos que llegan sigue colapsando regiones puntuales como Pacaraima, que depende mayormente del comercio binacional en sus linderos.
La frontera Venezuela-Colombia imágenes (click en galería):
Encuentro de Guaidó con Bolsonaro
La medida de cierre se aplicó el jueves en la noche a fin de impedir el ingreso a Venezuela de la denominada ayuda humanitaria, bajo el argumento de Nicolás Maduro de que se trataba de una tentativa para derrocar a su gobierno impulsada por Juan Guaidó, quien se encuentra de visita oficial en Brasil, para reunirse con el presidente Jair Bolsonaro. El hecho, destaca la prensa local, ha llevado al vacío de las calles en Pacaraima, afectando su fuerza comercial.
“Vivimos de Venezuela. Si la frontera está cerrada, no vendemos nada. Estos días estoy vendiendo un 10% de lo que suelo (vender). Si esto sigue así, tendré que cerrar”, denunciaba en este aspecto Antonio Magdalena Castro, dueño de una panadería, en una “calle, vacía y sin vida”, según reseña de la agencia de noticias AFP.
La localidad de Brasil, que cuenta con unos 13 mil habitantes y está ubicada al norte de la Amazonía, se vio desbordada en los últimos años por la llegada masiva de venezolanos; muchos llegaron caminando, la mayoría en condiciones particularmente precarias. Los venezolanos han sido distribuidos en albergues, otros duermen a la intemperie esperando ser trasladados a otras ciudades de Brasil.
Murió en Roraima indígena pemón venezolano
En las últimas horas, un indígena venezolano herido con arma de fuego durante un enfrentamiento con agentes de la Guardia Nacional (GNB) el viernes, murió la noche del miércoles en el Brasil, de acuerdo con reporte de autoridades locales.
Se trata de un indígena pemón, de 24 años de edad, perteneciente a la comunidad Kumaracapay, quien permanecía en la unidad de cuidados intensivos del Hospital General de Roraima en Brasil tras haber sido herido de gravedad en el episodio violento.
“Fue el primer herido en los conflictos en Venezuela en morir después de recibir atención en Roraima”, señaló un comunicado de la Secretaría Estatal de Salud de la entidad brasileña. Los pemones acusan a la GNB de Maduro del ataque, en un incidente que dejó varios heridos; de ellos, 22 habían sido trasladados en ambulancias para recibir atención en Brasil.
Este jueves, luego de una reunión entre el gobernador del estado Bolívar, Justo Noguera Pietri, y el gobernador del municipio Roraima, Antonio Denarium, se acordó la reapertura del paso en la frontera Venezuela y Brasil tras seis días de cierre.
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