(22/03/2022)
El mundo necesita ser inteligente con el agua. Todos tenemos un papel que desempeñar, y no podemos permitirnos esperar.
El cambio climático está alterando los patrones meteorológicos, provocando fenómenos meteorológicos extremos, una disponibilidad de agua imprevisible, exacerbando la escasez y contaminando los suministros. Estos impactos pueden afectar drásticamente la cantidad y calidad del agua que los niños necesitan para sobrevivir.
Hoy en día, un cambio en el clima se siente principalmente a través de un cambio en el agua. Millones de niños están en peligro.
- Los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en los patrones del ciclo del agua están dificultando el acceso al agua potable, especialmente para los niños y niñas más vulnerables.
- Alrededor del 74 por ciento de las catástrofes naturales entre 2001 y 2018 estuvieron relacionadas con el agua, incluidas las sequías y las inundaciones. Se espera que la frecuencia y la intensidad de estos eventos sólo aumenten con el cambio climático.
- En América Latina y el Caribe, 17,8 millones de niños, niñas y adolescentes viven en zonas de alta o extremadamente alta vulnerabilidad al agua. Esto significa que no tienen suficiente agua para satisfacer sus necesidades diarias.
- Cuando se producen catástrofes, estas pueden destruir o contaminar todo el suministro de agua, aumentando el riesgo de enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea, a las que los niños y niñas son especialmente vulnerables.
- El aumento de las temperaturas puede provocar la presencia de patógenos mortales en las fuentes de agua dulce, lo que hace que el agua sea peligrosa para la población.
- El agua contaminada supone una enorme amenaza para la vida de los niños, niñas y adolescentes. Las enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento son una de las principales causas de muerte en niños menores de 5 años.
- En el mundo, cada día, más de 700 niños menores de 5 años mueren de diarrea relacionada con la falta de agua, saneamiento e higiene.
- El cambio climático agrava el estrés hídrico -zonas con recursos hídricos extremadamente limitados-, lo que lleva a una mayor competencia por el agua, e incluso a conflictos.
- En 2040, casi 1 de cada 4 niños y niñas vivirá en zonas con un estrés hídrico extremadamente alto.
- El aumento del nivel del mar está provocando que el agua dulce se vuelva salada, comprometiendo los recursos hídricos de los que dependen millones de personas.
El cambio climático está ocurriendo ahora. Debemos actuar, y el agua es parte de la solución.
Adaptarse a los efectos del cambio climático sobre el agua protegerá la salud de los niños y niñas y salvará sus vidas. Utilizar el agua de forma más eficiente y pasar a sistemas de agua con energía solar reducirá los gases de efecto invernadero y protegerá aún más el futuro de los niños, niñas y adolescentes.
El mundo necesita ser inteligente con el agua. Todos tenemos un papel que desempeñar, y no podemos permitirnos esperar.